Onicofagia y su impacto en la salud bucal
La salud bucal es uno de los aspectos más importantes para mantener un bienestar general, y aunque muchas veces nos centramos en los cuidados de dientes y encías, existen otros factores que pueden afectar seriamente nuestra cavidad bucal. Uno de estos factores es la onicofagia, un hábito común que, aunque aparentemente inofensivo, puede generar una serie de problemas tanto estéticos como funcionales en la boca.
En este artículo, exploraremos qué es la onicofagia, cómo impacta en la salud bucal y por qué es crucial abordar este problema desde la ortodoncia para evitar complicaciones futuras.
Índice
¿Qué es la onicofagia?
La onicofagia es el término médico para describir el hábito de morderse las uñas de las manos, un comportamiento que afecta a una gran parte de la población mundial. Aunque en muchos casos se trata de un hábito nervioso o una forma de aliviar el estrés, la onicofagia puede tener consecuencias no solo a nivel psicológico, sino también a nivel físico, especialmente en lo que respecta a la salud bucal.
Este acto de morderse las uñas, que muchas veces pasa desapercibido, puede traer consigo una serie de efectos adversos que van más allá de las manos. Las personas que practican la onicofagia de manera crónica pueden experimentar diversos problemas en la boca, lo que podría incluir desde alteraciones en la alineación de los dientes hasta infecciones bucales.
Efectos de la onicofagia en la salud bucal
Desalineación dental
Uno de los impactos más visibles de la onicofagia es el daño que puede causar en los dientes. El acto repetido de morder las uñas, junto con la presión aplicada sobre los dientes al hacer este gesto, puede alterar la alineación dental con el tiempo. Este comportamiento puede provocar:
- Desgaste excesivo en los dientes, especialmente en los incisivos.
- Desplazamiento de los dientes y aparición de maloclusiones (mala alineación de las piezas dentales).
- Creación de espacios entre los dientes debido a la presión constante.
Estas alteraciones, además de ser estéticamente indeseables, pueden afectar la función masticatoria y la mordida, lo que aumenta la probabilidad de sufrir dolores en la mandíbula o problemas en la articulación temporomandibular (ATM).
Daño a las encías y la cavidad bucal
Morderse las uñas no solo afecta a los dientes, sino también a las encías y la mucosa bucal. Las encías pueden sufrir lesiones, como pequeñas heridas o laceraciones, debido a la fricción constante de los dientes contra ellas. Estas heridas no solo son dolorosas, sino que también pueden facilitar la entrada de bacterias en la cavidad bucal, aumentando el riesgo de infecciones y problemas como la gingivitis.
Mayor riesgo de infecciones
Las manos son una de las partes del cuerpo más propensas a estar en contacto con suciedad y gérmenes. Al morderse las uñas, las bacterias y otros microorganismos que se encuentran en las manos son transferidos directamente a la boca. Esto no solo puede causar infecciones en las encías y los dientes, sino que también puede contribuir a problemas más graves, como la parodontitis, una enfermedad que afecta a las estructuras de soporte de los dientes, incluyendo los ligamentos y huesos.
Problemas en la articulación temporomandibular (ATM)
La onicofagia crónica puede generar tensiones adicionales en la articulación temporomandibular (ATM), que conecta la mandíbula con el cráneo. Este aumento de la tensión puede provocar dolor en la mandíbula, dificultad para abrir la boca, o incluso ruidos como chasquidos y crepitaciones. La disfunción en la ATM es una afección que puede afectar significativamente la calidad de vida, ya que genera molestias al masticar, hablar o incluso descansar.
Onicofagia y ortodoncia: ¿cómo pueden ayudar los tratamientos?
Para aquellas personas que padecen de onicofagia de forma crónica, acudir a un ortodoncista puede ser un paso crucial para corregir los problemas dentales asociados con este hábito. Aunque el tratamiento para la onicofagia en sí misma involucra estrategias psicológicas o conductuales, la ortodoncia tiene un papel importante en la corrección de los daños causados en los dientes y la mandíbula.
Tratamientos para corregir la alineación dental
El uso de aparatos de ortodoncia puede ser necesario para corregir las maloclusiones y los dientes desalineados causados por la onicofagia. Los ortodoncistas pueden recomendar el uso de brackets o alineadores transparentes para devolver la funcionalidad y estética a la dentadura. Estos tratamientos no solo buscan alinear los dientes, sino también mejorar la mordida, lo que puede aliviar la presión en la ATM y reducir el dolor asociado con la onicofagia.
Prevención de daños adicionales
Los ortodoncistas pueden diseñar dispositivos especiales, como protectores bucales, para evitar que los pacientes sigan causando daños a sus dientes y encías a través de la onicofagia. Estos protectores actúan como barreras entre los dientes y las uñas, protegiendo las piezas dentales y reduciendo el riesgo de desgaste adicional.
Educación y prevención de la onicofagia
Parte del tratamiento ortodóntico también incluye la educación sobre los efectos de la onicofagia en la salud bucal. Los ortodoncistas pueden trabajar con otros profesionales de la salud, como psicólogos o terapeutas, para ayudar al paciente a superar este hábito. A través de intervenciones combinadas, como la terapia cognitivo-conductual, se puede lograr una mejora significativa en la conducta de morderse las uñas y, por ende, en la salud bucal.
Estrategias para superar la onicofagia
Si bien los tratamientos de ortodoncia son efectivos para corregir los problemas causados por la onicofagia, también es fundamental abordar el origen del hábito. Aquí algunas estrategias para superar la onicofagia:
- Identificar el origen del estrés: si el hábito está vinculado al estrés o la ansiedad, es importante tratar de identificar los factores que lo desencadenan y buscar maneras de reducirlos o manejarlos, como la meditación o el ejercicio.
- Uso de esmaltes amargos: los esmaltes amargos para las uñas pueden ayudar a disuadir el acto de morderse las uñas, ya que su sabor desagradable actúa como recordatorio constante del mal hábito.
- Terapia conductual: en algunos casos, es útil contar con el apoyo de un terapeuta especializado en el tratamiento de hábitos repetitivos como la onicofagia. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las opciones más efectivas.